El material particulado es el principal contaminante, asociado a enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Investigadores piden acciones urgentes para mitigar el deterioro ambiental.
Por Sebastián Trujillo – Periodista TRO Digital.
La contaminación del aire en Bucaramanga se ha convertido en una de las principales amenazas para la salud pública. Un reciente estudio del Departamento de Salud Pública de la Universidad Industrial de Santander (UIS) reveló que, durante el último año, 197 muertes fueron atribuibles a la mala calidad del aire en la ciudad, una cifra superior a las 142 registradas en 2023, lo que evidencia un deterioro progresivo en las condiciones ambientales y sanitarias.

El informe advierte que los contaminantes más peligrosos son el material particulado fino (PM2.5 y PM10), generados principalmente por el tráfico vehicular, la actividad industrial y la quema de residuos. Estos elementos tienen efectos adversos en el sistema respiratorio y cardiovascular, aumentando el riesgo de enfermedades crónicas y la mortalidad. La situación se agrava durante los periodos de sequía, cuando los niveles de contaminación tienden a elevarse.
La investigadora Laura Andrea Rodríguez Villamizar, directora del estudio, explicó que la principal fuente de contaminación en Bucaramanga proviene de las fuentes móviles:
“Cuando hablamos de contaminación en las ciudades, sabemos que en Bucaramanga y su área metropolitana la principal fuente son los buses, las motos. Lo que hicimos fue subirnos a diferentes medios de transporte con equipos de medición para cuantificar la exposición real a contaminantes”, señaló la investigadora.
Le puede interesar
Rodríguez agregó que los resultados muestran diferencias significativas entre los medios de transporte:
“En un bus de servicio público, que en su mayoría son vehículos antiguos, las personas respiran el doble de concentraciones de contaminantes en comparación con un carro de transporte informal. Si se compara con un carro particular, la exposición puede ser hasta cuatro veces mayor. Lo que estamos haciendo es ponerle números a un problema que ya conocíamos intuitivamente”, puntualizó.
El estudio también destaca la falta de políticas efectivas y de infraestructura ambiental como un factor que agrava el problema. Los ciudadanos han manifestado su preocupación y solicitan medidas concretas para reducir las emisiones contaminantes y promover un entorno más saludable. Entre las recomendaciones están el fortalecimiento del transporte público sostenible, la regulación de las industrias y la ampliación de zonas verdes en la ciudad.
De igual manera, los investigadores subrayan la importancia de la educación ambiental como herramienta para crear conciencia y fomentar hábitos sostenibles en la población. La información y participación ciudadana, aseguran, son claves para revertir el impacto de la contaminación.





