El Gobierno de Estados Unidos, a través de la fiscal general Pam Bondi, anunció este 7 de agosto de 2025 que duplicará la recompensa por información que conduzca a la captura del presidente venezolano Nicolás Maduro, elevándola de 25 a 50 millones de dólares. La medida —que se enmarca en acusaciones de narcotráfico y terrorismo en su contra— tiene alcance internacional y se fundamenta en el cargo de que Maduro forma parte de organizaciones criminales trasnacionales.

Bondi afirmó: “Maduro usa grupos terroristas como lo son el Cártel de Sinaloa y el Cártel de los Soles para traer drogas letales y violencias a Estados Unidos. La DEA ha incautado 30 toneladas de cocaína ligada a Maduro y sus socios”. La investigación indica que al mantener esa presunta relación con el Cártel de los Soles tendría alianzas con las disidencias de las Farc y el ELN, dejando a la vista un posible historial delictivo.
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A principios de 2025, después de la cuestionada posesión de Maduro ante Edmundo González, el gobierno estadounidense ya había ofrecido 25 millones de dólares por cualquier información que permitiera ubicar y capturar al mandatario, monto que también se aplicaba a Diosdado Cabello, ministro del Interior y Justicia de Venezuela, considerado el segundo al mando del chavismo. Con el nuevo anuncio, esta cifra se duplica. Este monto —que representa una recompensa ocho veces superior a los aproximadamente 6.2 millones de dólares que pagó Colombia en 1993 al Bloque de Búsqueda por Pablo Escobar— pone sobre la mesa el carácter urgente de la iniciativa.
Ya que también, es acusado por la fiscal general de los Estados Unidos de ser uno de los responsables de la crisis del fentanilo en Norteamérica “La cocaína a menudo mezclada con fentanilo destruye incontables vidas estadounidenses. El Departamento de Justicia ha incautado US$700 millones en bienes de Maduro, pero sigue siendo uno de los mayores narcos del mundo y una amenaza a nuestra seguridad nacional”
Esta recompensa marca un nuevo punto de tensión en las ya deterioradas relaciones entre Caracas y Washington, y envía un mensaje contundente a la comunidad internacional sobre la postura de Estados Unidos frente al gobierno de Maduro. La duplicación de la recompensa no solo busca incentivar la cooperación de fuentes e informantes, sino también aumentar la presión política y judicial sobre un jefe de Estado acusado de operar como líder de una red criminal transnacional.
En este escenario, el caso de Nicolás Maduro se convierte en uno de los más relevantes y controversiales en la historia reciente de las recompensas internacionales, duplicando incluso la recompensa por Osama.