En el Día Internacional de las Mujeres Rurales se destaca el papel de las santandereanas en el desarrollo agrícola

En Santander, las mujeres rurales lideran iniciativas productivas y sostenibles que fortalecen la economía y el desarrollo del campo.

Por: Sharom Fernandez- Periodista TRO digital.

En Colombia, más de 1.600 millones de mujeres en el mundo dependen de la agricultura para subsistir. Pero solo el 20 % posee tierras propias, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Ellas representan cerca del 30 % de la población rural, una cifra que refleja su peso en la producción alimentaria y en el desarrollo de las comunidades campesinas.

En esta fecha, el Día Internacional de las Mujeres Rurales busca visibilizar su esfuerzo, resiliencia y liderazgo, especialmente en departamentos como Santander, donde su trabajo sostiene gran parte de la economía agrícola.

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Foto: Tomada de internet

En municipios como San Vicente de Chucurí, Vélez, Rionegro y El Playón, las mujeres rurales son protagonistas de asociaciones agrícolas, proyectos productivos y redes de emprendimiento que buscan fortalecer la economía campesina.

Desde la siembra de cacao y café hasta la apicultura y la producción de hortalizas. Ellas han logrado posicionar sus productos en ferias locales y mercados regionales, aportando a la sostenibilidad y el desarrollo rural.

Sin embargo, pese a su aporte decisivo, las mujeres rurales enfrentan múltiples desafíos. Las brechas tecnológicas, la falta de acompañamiento técnico y la limitada infraestructura vial dificultan la comercialización de los productos y la competitividad frente a los grandes productores.

En muchas veredas, la ausencia de programas permanentes de formación y asistencia técnica obliga a las campesinas a depender del conocimiento empírico o de la ayuda de terceros.

El ICA y las secretarías de agricultura departamentales han impulsado estrategias para fortalecer la participación femenina en el sector agropecuario. Entre ellas se incluyen capacitaciones en buenas prácticas agrícolas, control sanitario y emprendimiento rural, orientadas a mejorar la productividad y permitir que las mujeres campesinas accedan a certificaciones de calidad e inocuidad.

En Santander, las asociaciones de mujeres rurales se han consolidado como referentes de liderazgo y empoderamiento en el campo. En Rionegro, varias cooperativas de productoras de cacao han logrado organizarse para exportar sus cosechas.

Mientras que en El Socorro, las apicultoras no solo generan ingresos sostenibles, sino que también fomentan la polinización natural y la conservación ambiental. Mientras que en el área metropolitana de Bucaramanga, colectivos de mujeres hortícolas impulsan huertas urbanas que abastecen a mercados y comedores comunitarios.

El desafío ahora está en garantizar políticas públicas que reconozcan de manera efectiva el papel de las mujeres rurales en la economía del departamento.

Facilitar el acceso a tierra, crédito, asistencia técnica y canales de comercialización equitativos es clave para que su labor no dependa solo de la voluntad individual, sino de una estructura de apoyo que garantice continuidad y bienestar.

El Día Internacional de las Mujeres Rurales no es solo una conmemoración simbólica, sino una invitación a mirar hacia el campo con perspectiva de género. En Santander, cada campesina representa una historia de resistencia, trabajo y esperanza; mujeres que, con sus manos, cultivan alimento, identidad y futuro para toda una región.

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