Redacción: Sebastián Villafany – TRO Digital.
En Bucaramanga, la Alcaldía denunció la falta de medicamentos en dispensarios de Entidades Promotoras de Salud como Nueva EPS y Sanitas, generando denuncias por parte de pacientes trasplantados, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
La situación, que se viene presentando desde finales de 2024 y se ha intensificado a lo largo del primer semestre de 2025, ha sido documentada por la Alcaldía de Bucaramanga. A través de su Secretaría de Salud y Ambiente, con jornadas de atención y encuestas en distintos puntos de la ciudad. El problema se concentra en demoras, entrega incompleta de fórmulas y falta de respuestas claras de los gestores farmacéuticos, afectando la continuidad de tratamientos vitales.

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Las quejas comenzaron en marzo de 2025, en donde suarios de la Nueva EPS protestaron en la sede principal de Bucaramanga denunciando la falta de medicamentos de alto costo. Entre ellos tacrolimus, micofenolato, itraconazol, levotiroxina y valsartán, indispensables para pacientes trasplantados y con enfermedades crónicas. Dos semanas después, se presentaron nuevos casos críticos, como el de una menor trasplantada de hígado que llevaba seis días sin recibir su medicamento para prevenir el rechazo orgánico. Otros pacientes reportaban esperas de meses y la falta de insulina, con múltiples intentos fallidos en las farmacias asignadas.
Ante la magnitud del problema, el 4 de abril la Alcaldía puso en marcha la jornada “Solucionando Barreras en Salud”. Donde se recibieron 519 quejas relacionadas con entrega incompleta de medicamentos. En las primeras 72 horas se resolvieron 140 casos, equivalentes al 27 % de las solicitudes. Diez días después, el avance llegaba al 65 %, mientras que el 35 % restante quedó bajo seguimiento de la Superintendencia Nacional de Salud.

La Alcaldía de Bucaramanga midió el impacto del desabastecimiento. El 13 de agosto la Secretaría de Salud y Ambiente encuestó a 682 usuarios en 16 sedes de siete gestores farmacéuticos. Los resultados revelaron que el 48 % de los encuestados recibió su fórmula incompleta y que el 63 % de los afectados eran adultos mayores de 60 años. La mayoría requería medicamentos para tratar enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, cáncer, artritis y dislipidemia. Un 43 % tuvo que acudir a más de una sede para completar su solicitud, el 54 % necesitó autorización previa y el 71 % no recibió carta de desabastecimiento. En cuanto a tiempos de espera, el 30 % permaneció entre una y tres horas en el dispensario y un 6 % más de tres horas, con personas que llegaron desde las cinco de la mañana para garantizar su atención.
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Las denuncias por parte de la Alcaldía y los datos recopilados apuntan a que no se trata de incidentes aislados, sino de una falla en el suministro de medicamentos. Alimentada por la desfinanciación de las EPS. Demoras en procesos regulatorios y de importación, así como deudas con clínicas y hospitales locales. Aunque la Alcaldía intervino con acciones para mitigar el impacto, la crisis sigue y plantea la necesidad de revisar a fondo el sistema de salud y su capacidad para garantizar el acceso a los tratamientos que la ley reconoce como un derecho fundamental.