Ejército reporta ataque armado en zona rural de Boyacá

Tres soldados del Ejército Nacional fueron asesinados y otros tres resultaron heridos tras una emboscada perpetrada por presuntos integrantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en la vereda El Moral, en Chita, Boyacá, en límites con Arauca y Casanare.

El ataque ocurrió en la madrugada del lunes 5 de agosto, cuando los uniformados realizaban operativos de control territorial. Según fuentes oficiales, los militares fueron atacados con explosivos y ráfagas de fusil, en un hecho que ha sido calificado como una clara violación al derecho internacional humanitario.

Las víctimas fatales fueron identificadas como Manuel José Osorio Montoya, Juan Sebastián Osorio Giraldo y Luis Eduardo Rincón Hernández. Mientras tanto, los tres heridos fueron trasladados a centros médicos cercanos, donde reciben atención especializada. Hasta el momento, no se han reportado capturas relacionadas con el hecho, pero las autoridades mantienen una ofensiva militar en la zona. El Procurador General, Gregorio Eljach Pacheco, instó a las autoridades a tomar las medidas para garantizar la seguridad y dar con los responsables del hecho.

La región donde ocurrió el ataque es considerada estratégica por grupos armados ilegales, ya que conecta varios corredores del narcotráfico y de movilidad guerrillera. A pesar de los esfuerzos del Ejército por mantener el control, los ataques del ELN han continuado, incluso en medio de diálogos exploratorios entre el Gobierno Nacional y esa organización.

El ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez, condenó el hecho y aseguró que “este ataque no quedará impune”, mientras que líderes regionales y organizaciones de derechos humanos han pedido mayor presencia del Estado en estas zonas olvidadas.

El hecho ha generado preocupación en distintos sectores del país, especialmente porque ocurre en un momento en que se debaten los avances y retrocesos del proceso de paz total impulsado por el gobierno. Este tipo de ataques, según analistas, debilitan la confianza ciudadana en los diálogos y dejan en evidencia la fragilidad del control estatal en ciertas regiones.

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