Autoridades alertan sobre riesgos y prevención
Redacción: Daneris Maritza Cueto Pineda _ Periodista Oriente Noticias
Los municipios de Valle de San José, Mogotes, Socorro y San Gil se han convertido en focos preocupantes de contagio por enfermedad de Chagas, una realidad que posiciona a Santander entre las cinco regiones del país con mayor incidencia, junto con Arauca, Casanare, Norte de Santander y algunas zonas de Boyacá.
El Chagas es una enfermedad parasitaria causada por un microorganismo presente en las heces del insecto conocido como “pito”. Este vector suele picar durante la noche y defecar cerca de la herida. Al rascarse, la persona facilita la entrada del parásito al cuerpo. También puede transmitirse al tocarse los ojos con manos contaminadas o al ingerir alimentos expuestos al insecto. Además, existe el riesgo de transmisión de madre a hijo durante el embarazo.
Claudia Amaya, Secretaria de Salud de Bucaramanga, advirtió sobre la gravedad de esta enfermedad, especialmente cuando no se detecta a tiempo. Según explicó, el Chagas presenta una fase aguda y otra crónica, esta última con posibles consecuencias graves en el sistema cardiovascular, que incluso podrían requerir un trasplante de corazón. La funcionaria destacó la importancia de los espacios de articulación institucional: “Este tipo de escenarios, como las mesas de trabajo en Bucaramanga y Santander, son clave no solo para fortalecer la atención y el tratamiento, sino también para avanzar en diagnóstico temprano”, sostuvo.
Hasta la fecha, en lo corrido del 2025, se han confirmado 93 nuevos casos en Santander. Esta cifra se suma a los cerca de 1.160 casos registrados en los últimos años, lo que enciende las alarmas sobre la necesidad de fortalecer la respuesta en salud pública.
Autoridades y especialistas insisten en que la enfermedad de Chagas es prevenible y tratable si se detecta a tiempo. Entre las estrategias más efectivas se encuentran la fumigación regular en zonas rurales, la mejora de las condiciones estructurales de las viviendas para evitar la presencia del vector, y la aplicación de pruebas a mujeres en edad fértil como medida preventiva