El crimen ocurrió en el barrio Cuberos Niño; familiares del joven aseguran que se trató de un intento de robo.
Por Sebastián Trujillo – Periodista TRO Digital.
La ilusión de un futuro prometedor terminó de forma trágica para Vladimir Antonio Hurtado Rojas, un joven de 18 años asesinado a bala en la noche del martes 5 de noviembre, tras salir de la vivienda de su novia en el barrio Cuberos Niño, al oriente de Cúcuta.

“Ningún sueño es demasiado grande”, fue la última publicación que Vladimir Antonio Hurtado Rojas compartió en redes sociales. Su vida, llena de proyectos y esperanza, se apagó en cuestión de minutos en una callejuela del barrio Cuberos Niño, donde hombres armados le dispararon en repetidas ocasiones mientras caminaba hacia su motocicleta.
El ataque ocurrió hacia la medianoche del martes. Según versiones preliminares, el joven fue interceptado por dos desconocidos que le dispararon al menos siete veces antes de huir del lugar. Aunque algunos vecinos salieron a auxiliarlo, las graves heridas le provocaron la muerte poco después de llegar a un centro asistencial.
Familiares de la víctima indicaron que Antonio había salido minutos antes de la casa de su novia y se dirigía hacia su motocicleta, cuando habría sido sorprendido por los agresores. Sospechan que el crimen estuvo motivado por un intento de robo, pues la moto había sido un regalo reciente de sus abuelos.
La lluvia que cayó durante la madrugada dificultó el trabajo de las autoridades, pues arrasó con los posibles rastros del ataque. Al llegar al sitio, los agentes de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) y la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) encontraron la escena completamente alterada, sin casquillos ni manchas de sangre que pudieran servir como evidencia.
Le puede interesar:
Vladimir Antonio, conocido con cariño como ‘el niño de la casa’, vivía con su madre en el barrio El Contento. Su padre, residente en Chile, había regresado hace poco al país con la intención de reencontrarse con su hijo y planear su futuro. El joven soñaba con convertirse en ingeniero civil, inspirado por la tradición constructora de su familia.
Amigos y allegados lo despidieron con mensajes de dolor en redes sociales, recordándolo como un joven alegre, trabajador y apasionado por las motocicletas. “Mi hermano, sin palabras. Tantas promesas que quedaron incumplidas y tantos planes que no pudieron completarse. Nos encontraremos en otra vida”, escribió uno de ellos.
Las autoridades iniciaron las investigaciones para identificar a los responsables y esclarecer las causas del homicidio que enluta a una familia y suma un nuevo hecho de violencia en la capital nortesantandereana.





