Héroes entre las llamas: la lucha de los bomberos reclusos de California por un salario justo
En medio de los devastadores incendios que asolaron California, un grupo de héroes anónimos luchó incansablemente contra las llamas: los bomberos reclusos. Arriesgando sus vidas por una paga mínima, estos hombres y mujeres demuestran una valentía y dedicación que contrasta con la precariedad de sus condiciones laborales y la incertidumbre de su futuro. Esta es la historia de José Herrera, un exreo que encontró la redención en el corazón del infierno, y la lucha de cientos como él por un salario justo y un reconocimiento digno.
De la prisión a la línea de fuego:
A los 25 años, un error le costó a Herrera dos décadas de su vida. Condenado a 22 años de prisión por robo a mano armada, su futuro parecía consumido por las sombras de la cárcel. Sin embargo, entre los muros de la prisión, una chispa de esperanza se encendió: la posibilidad de unirse al programa de bomberos reclusos. Tras 16 años de espera, Herrera logró ingresar a este programa, que en 2024 movilizó a más de 1100 reclusos para combatir los feroces incendios que devastaron California.
El precio del heroísmo:
“El terreno era traicionero, el trabajo agotador”, recuerda Herrera, describiendo la devastación que presenció mientras luchaba contra las llamas. “Ver las casas destruidas, las familias desplazadas… nos afectó a todos emocional y mentalmente”. Su testimonio refleja la dura realidad de los más de 35 campamentos de bomberos en California, gestionados por el Departamento de Instituciones Penitenciarias y Rehabilitación, Cal Fire y el Departamento de Bomberos del Condado de Los Ángeles.
Un salario que no apaga las llamas de la injusticia:
A pesar del riesgo extremo y la ardua labor, estos héroes anónimos reciben una paga irrisoria. Según el Departamento de Correcciones, ganan entre $5.80 y $10.24 al día, más un dólar adicional por hora durante incendios activos. Esto equivale a apenas $29.80 por un turno de 24 horas para los bomberos con menos experiencia. Si bien el programa reduce su condena en dos días por cada día trabajado, la paga es insuficiente para cubrir las necesidades básicas, y mucho menos para enviar dinero a sus familias.
La lucha por un futuro digno:
Aunque una ley de 2020 permitió a algunos exreclusos bomberos limpiar sus antecedentes y optar a mejores empleos, la batalla por un salario justo continúa. La asambleísta Isaac Bryan ha propuesto el proyecto de ley AB 247 para equiparar el salario de los bomberos reclusos con el de los empleados estatales con menor sueldo, reconociendo su invaluable contribución a la sociedad.
Más allá de las cenizas, la esperanza:
Para Herrera, trabajar en Cal Fire ha significado mucho más que un trabajo; ha sido una oportunidad de redención, de reconstruir su vida y redefinir su identidad. Hoy, aspira a convertirse en ingeniero y jefe de bomberos, un testimonio del poder transformador de las segundas oportunidades.
Fuente: Voice of America