143 jóvenes víctimas del conflicto armado en Norte de Santander recibieron su libreta militar

El trámite es gratuito y puede adelantarse en la Secretaría de Víctimas, Paz y Postconflicto.

Por Sebastián Trujillo – Periodista TRO Digital.

Un total de 143 jóvenes víctimas del conflicto armado han recibido su libreta militar en diferentes municipios del departamento, gracias a una articulación entre la Secretaría de Víctimas, Paz y Postconflicto de Norte de Santander y el Ejército Nacional. Esta entrega se realiza en el marco de la Ley 1448 de 2011, que en su artículo 140 establece la exención del servicio militar obligatorio para quienes han sido reconocidos como víctimas.

Los beneficiarios pertenecen principalmente a los municipios del Catatumbo, así como a Cáchira, Los Patios y Puerto Santander, donde históricamente la violencia ha afectado a miles de familias. Según Fabio Rodríguez Mayorga, jefe de la Secretaría de Víctimas, esta medida busca garantizar el cumplimiento de los derechos y medidas de satisfacción para los jóvenes afectados por el conflicto.

“Esta exención aplica para todos los jóvenes víctimas en el país. El trámite es gratuito, y desde la Gobernación acompañamos el proceso para facilitar su acceso”, explicó Rodríguez Mayorga, quien además recordó los requisitos básicos para acceder al beneficio: fotocopia de la cédula, registro civil reciente, fotografía 3×4 fondo azul, número de contacto, dirección, correo electrónico y, si aplica, acta o diploma académico.

Por su parte, Carmen García, presidenta de la Asociación de Madres del Catatumbo y defensora de los derechos de las víctimas, destacó la importancia de este avance:

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“El cumplimiento de esta formalidad es un comenzar de vida para ellos, porque podrán acceder a empleos y programas donde este documento es requisito. Agradecemos a la Gobernación por demostrar que la paz sí es posible en Norte de Santander”.

Con estas entregas, la administración departamental reafirma su compromiso con los procesos de reparación integral y reintegración social, garantizando que los jóvenes víctimas puedan avanzar en sus proyectos de vida sin las barreras administrativas que históricamente han limitado su acceso a la educación y al trabajo formal.

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