La propuesta contempla la creación de un Parque Tecnológico de Economía Circular y será expuesta en una audiencia judicial hoy.
Redacción: Sebastián Trujillo – Periodista TRO Digital.
El relleno sanitario El Carrasco, epicentro de una de las problemáticas ambientales y judiciales más complejas de la región, podría convertirse en un Parque Tecnológico de Economía Circular.
Así lo planteó la Empresa de Aseo de Bucaramanga (EMAB), que estima una inversión cercana a los $70.000 millones. Cuyo objetivo es cumplir con el fallo judicial que desde hace 14 años ordena cesar el entierro de basuras.
Elbert Panqueva, gerente de la EMAB, explicó que la iniciativa busca desmontar de manera definitiva el modelo de “economía lineal”. Un modelo basado en comprar, usar y enterrar— que, según él, ha generado un alto impacto ambiental en el área metropolitana.
“La gran propuesta es precisamente para darle cumplimiento al fallo, pero también para avanzar hacia la economía circular, transformando un relleno convencional en un parque tecnológico”, afirmó Panqueva.
El proyecto contempla la construcción de una planta de preclasificación automatizada, diseñada para procesar unas 500 toneladas diarias de residuos. Allí, materiales como plástico, cartón, papel, vidrio y metales serían separados para su revalorización y posterior reincorporación en procesos productivos. En línea con los principios de la economía circular. La mayor parte de la inversión estaría destinada a la obra civil y a los equipos de tecnología necesarios para garantizar el funcionamiento de esta infraestructura.
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La propuesta será presentada este jueves 2 de octubre en el marco de la audiencia de cumplimiento convocada por el Juzgado 15 Administrativo de Bucaramanga. Por ello, fueron citados los alcaldes del Área Metropolitana con el fin de evaluar el nivel de cumplimiento de las órdenes judiciales y definir compromisos concretos. Panqueva adelantó que la Emab llegará con una hoja de ruta clara. Donde se plantea posicionar a El Carrasco como un piloto nacional en la gestión de residuos bajo esquemas de economía circular.
La crisis en torno a El Carrasco volvió a intensificarse recientemente, cuando la EMAB alertó sobre un posible cierre de operaciones desde el 1 de octubre, debido a la falta de recursos que los municipios deben girar para avanzar en las obras de cierre definitivo. Aunque luego la entidad precisó que no habría un cierre inminente, el episodio puso en evidencia las dificultades financieras y el incumplimiento persistente por parte de las administraciones locales.
Frente a este panorama, Panqueva subrayó que el éxito de la iniciativa no dependerá únicamente de la tecnología, sino también del compromiso de los municipios y de la ciudadanía.
“Los equipos y la infraestructura son parte de la solución, pero los gobiernos locales deben asumir la responsabilidad de fomentar prácticas como reducir, reutilizar y reciclar. Solo así podremos garantizar una salida real y sostenible a esta crisis”, señaló Panqueva.
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El futuro de El Carrasco, marcado por tensiones legales, ambientales y sociales, entra en una nueva etapa con esta propuesta. La audiencia judicial será determinante para establecer si los municipios y la EMAB avanzan hacia una solución estructural que permita dejar atrás años de incumplimientos y controversias, con la posibilidad de que Bucaramanga y su área metropolitana se conviertan en referentes nacionales en la gestión responsable de residuos.
