En la noche del 25 de junio, el municipio de Morales, Bolívar, vivió momentos de tensión y zozobra tras un ataque armado a la estación de Policía por parte de un grupo al margen de la ley. La intensidad de los disparos y la duración del enfrentamiento convirtieron al pueblo en un verdadero campo de guerra, según relataron varios habitantes.
Durante varias horas, el miedo se apoderó de la comunidad, que permaneció resguardada en sus viviendas mientras se escuchaban detonaciones en distintos puntos del casco urbano. La ofensiva fue repelida por las fuerzas del orden, y posteriormente, tropas del Ejército hicieron presencia en el lugar para reforzar la seguridad.
Hacia la madrugada del 26 de junio, el Ejército retomó el control del municipio y logró restablecer el orden. En este momento, las autoridades reportan que la situación está bajo control y se ha garantizado la seguridad de los habitantes, aunque continúa la vigilancia para evitar nuevos hechos violentos.
Estos enfrentamientos van en aumento, y ha generado el desplazamiento de población campesina de esta región a otras ciudades de Bolívar y Santander.