Redacción: Edward Pinilla – Periodista Oriente Noticias.
Una tarde que prometía ser tranquila se convirtió en un campo de supervivencia. A las 4:00 p. m. del pasado domingo, las orillas de la quebrada Cuéllar, en el barrio Cristal Bajo de Bucaramanga, se vieron sacudidas por un ataque a sangre fría.
Emmanuel Basto Dulcey de 38 años, Yensly Moreno Rincón de 28 años y William David Rodríguez Moreno de 29 años se encontraban en el lugar conversando, ajenos a lo que estaba por suceder. De pronto, el rugido de una motocicleta irrumpió el ambiente, dos hombres vestidos de negro y con cascos cerrados descendieron lentamente, como si el tiempo se hubiera detenido por un momento.
Uno de ellos, el parrillero, no dudó, sacó su arma y apuntó directo hacia el grupo sin decir una sola palabra. Las balas cortaban el aire y el único instinto de los tres hombres fue correr o nadar.

Con el sonido del metal rebotando contra las piedras, se lanzaron desesperadamente a la quebrada, la corriente no era fuerte, pero el miedo lo era todo. Desde la orilla, el presunto sicario siguió disparando sin piedad mientras sus víctimas trataban de escabullirse entre el agua y la vegetación.
Contra todo pronóstico, sobrevivieron, los presuntos sicarios frustrados por no cumplir su objetivo emprendieron la huida. La comunidad corrió a ayudar. Los tres heridos fueron trasladados a un centro asistencial, según el parte médico, se mantienen bajo observación y sus vidas no corren peligro por ahora.
Las autoridades informaron que Emmanuel Basto tiene cuatro anotaciones judiciales, mientras que Yensly Moreno acumula ocho, William David Rodríguez, en cambio, no registra antecedentes. Aún no se tiene claridad sobre los móviles del atentado, pero las hipótesis apuntan a un posible ajuste de cuentas o represalias en medio de disputas delictivas.
La Policía Metropolitana de Bucaramanga avanza en la investigación y revisa cámaras de seguridad del sector para identificar a los atacantes, el llamado a la comunidad es claro: colaborar con información y no normalizar la violencia.