Por Luis Carlos Vega
Las autoridades en Norte de Santander y en el resto del país se encuentran en máxima alerta tras el recrudecimiento de ataques contra la Policía Nacional bajo el denominado ‘Plan Pistola’. Durante el fin de semana, un subintendente resultó herido en el municipio de Bucarasica, mientras patrullaba la zona. Ante esta amenaza, el Gobierno ofreció recompensas de 20 millones de pesos para evitar ataques sicariales y hasta 200 millones de pesos por información que permita capturar a los responsables de asesinatos de uniformados.
#Atención
— Canal TRO (@CanalTRO) April 27, 2025| Dos jóvenes hermanas fueron brutalmente asesinadas en El Tarra, Norte de Santander. Las víctimas son identificadas como Tatiana y Karen Guillín y habrían sido ultimadas por un grupo al margen de la ley. Las autoridades estudian los móviles de este doble homicidio.… pic.twitter.com/4i77XbshjA
El luto también golpea con fuerza a Norte de Santander, tras confirmarse que dos de los patrulleros asesinados en ataques armados en diferentes zonas del país eran oriundos de esta región. Se trata de Belén Karina Durán, del municipio de El Zulia, y Cristian Juvenal Mora, de Los Patios, quienes fueron víctimas de la violencia mientras cumplían su labor de proteger a la ciudadanía.
El cuerpo de la patrullera Durán llegó en las últimas horas a Cúcuta, donde familiares, compañeros y autoridades le rindieron un emotivo homenaje póstumo. La joven uniformada, quien murió en un ataque en Simití, sur de Bolívar, fue recordada como un ejemplo de valentía y dedicación al servicio público.
Por otra parte en un video difundido por el ELN en sus redes sociales, aparece alias ‘Camilo’, uno de sus altos mandos, con el rostro cubierto y portando un fusil AK-47 de fabricación israelí. De fondo, el espeso paisaje boscoso del Catatumbo.
En el comunicado, ‘Camilo’ señala que durante un enfrentamiento lograron dar de baja a alias ‘Yorbey’, cabecilla de las Disidencias del Frente 33.
Sin embargo, en el lugar también se encontraban dos hermanas, identificadas como Tatiana y Camila Guillin, quienes murieron en medio del cruce de disparos de fusil.
Durante los combates, dos menores de edad que permanecían en el área quedaron inicialmente bajo poder del ELN.
Posteriormente, fueron entregados al presidente de la vereda Caño Victoria, líder social de la zona, quien activó los protocolos de protección correspondientes.
Actualmente, los menores se encuentran bajo la custodia de sus abuelos, mientras avanza el proceso de restablecimiento de derechos con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. El recrudecimiento del conflicto en el Catatumbo mantiene en vilo a las comunidades rurales.
Los enfrentamientos entre estructuras armadas ilegales siguen cobrando vidas, forzando el desplazamiento de familias enteras y profundizando la crisis humanitaria en la región