Redacción: John Fredy Pita Navarro – TRO Digital

Como si fuera una escena sacada de la historia de Jesús, una niña nació la noche de Navidad en el barrio Belén, en Ocaña, Norte de Santander. Mientras la tranquilidad de la Nochebuena reinaba en la zona, una mujer embarazada comenzó a dar a luz de forma prematura. Al pedir ayuda, se activó el servicio de emergencias. Inicialmente, las autoridades creyeron que se trataba de una broma, ya que en la llamada se escuchaba al bebé llorando.

Ante la urgencia, una patrullera de la Policía, sin experiencia en partos, asumió la responsabilidad de asistir a la mujer. Guiada por instrucciones telefónicas de una enfermera, la oficial logró estabilizar tanto a la madre como al bebé. El teniente coronel Wilder León comentó que la situación fue tan inesperada que pareció “sacada de una película” por lo rápido que se desarrolló el parto.

La patrullera Yuliana Duarte, quien estuvo a cargo de la intervención, explicó que las indicaciones telefónicas fueron cruciales. Entre los pasos más importantes, destacó la necesidad de cortar el cordón umbilical y asegurarse de que la madre no se durmiera, lo que fue esencial para la seguridad del bebé. A pesar de su falta de experiencia, Yuliana actuó con rapidez y valentía, enfrentando una situación crítica con gran destreza.

Una vez ocurrido el parto, madre e hija fueron trasladados a un hospital cercano para recibir atención médica. Afortunadamente, los exámenes confirmaron que ambos se encontraban en buen estado de salud. Conmovida por la ayuda recibida, la madre decidió nombrar a su hija Yuliana, en honor a la patrullera que la asistió durante ese milagroso parto de Navidad.