Durante un operativo llevado a cabo por la Secretaría de Salud, se descubrió que varios restaurantes estaban ofreciendo alimentos vencidos, con la presencia de roedores como ratones e insectos como cucarachas en sus cocinas.

La inspección reveló que, mientras se manipulaban los productos, el personal no contaba con la adecuada indumentaria ni elementos de protección, estando incluso descalzos. Además, se constató la falta de certificados de idoneidad del personal y la ausencia de los estándares mínimos de salubridad requeridos para el funcionamiento de un restaurante.

Preocupantemente, se evidenció que algunos establecimientos intentaban servir alimentos que ya estaban en estado de descomposición o sin las medidas sanitarias adecuadas, lo que podría representar un grave riesgo para la salud de los clientes.

Como resultado de estas anomalías, siete de los diez establecimientos inspeccionados fueron sancionados. Estos locales gastronómicos se encuentran ubicados en los barrios San Francisco, San Alonso, Cabecera y Provenza de la ciudad.