Redacción: Fabio Sandoval
La noche del domingo 18 de mayo, tres hombres que conversaban a las afueras de una vivienda en el barrio Los Almendros de Ocaña (Norte de Santander) fueron atacados por al menos cuatro sicarios que llegaron en dos motocicletas y abrieron fuego de manera indiscriminada, quitándoles la vida en el acto. Las víctimas, identificadas como Juan Carlos Rodríguez, Jesús Andrés Yain Manzano y Sneyder Durán Castro, eran oriundos de ese mismo municipio y fallecieron a causa de múltiples heridas por arma de fuego. Según el comandante de la Policía de Norte de Santander, coronel Néstor Arévalo, los atacantes huyeron inmediatamente tras el ataque y, hasta el cierre de este informe, no se ha reportado ninguna captura.
La mañana del lunes 19 de mayo, familiares, amigos y vecinos de las víctimas organizaron una velatón en el mismo lugar de los hechos, donde encendieron velas, colocaron fotos de los fallecidos y portaron pancartas con leyendas como “Justicia para Juan Carlos, Jesús y Sneyder”. Familiares, amigos y residentes se congregaron en el lugar de los hechos para una velatón y jornada de oración, en un llamado unánime por el cese de la violencia que ha enlutado al municipio. El ambiente de dolor y esperanza se convirtió en símbolo de la vida que fue arrebatada y el anhelo de paz. La comunidad exigió a las autoridades “acelerar las investigaciones” y aumentar la presencia policial en el sector, ante el temor de que hechos similares se repitan en una zona que ha sido señalada por la Defensoría del Pueblo como foco de disputa armada.
El Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación se trasladó al sitio para recopilar evidencias balísticas y entrevistar a testigos, con el fin de reconstruir los hechos y determinar los móviles del crimen . Aunque las autoridades locales no han emitido aún un pronunciamiento oficial detallado, el alcalde de Ocaña anunció la creación de un comité interinstitucional para reforzar el pie de fuerza en barrios vulnerables.
Este homicidio múltiple se enmarca en un contexto de creciente violencia en la región del Catatumbo. Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), al menos 25 masacres han tenido lugar en Colombia durante 2025, y la de Ocaña es la segunda en ese municipio en menos de un mes. Organizaciones de derechos humanos advierten que el ELN, las disidencias de las FARC y el EPL mantienen una pugna por el control de corredores de narcotráfico y zonas de cultivo ilícito, imponiendo “normas” que ponen en riesgo la vida de la población civil.
